Si hay alguien que todo lo puede, si Dios existe, yo diría que anda muy cabreado con todos nosotros.
La sucesión de duros acontecimientos en todo el planeta parece el resultado fruto del abandono a nuestra suerte por su parte. No soy yo el más creyente del mundo, es más, puede que esté en el furgón de cola en ese aspecto, al menos dependiendo del día, pero es inevitable para mi pensar en la figura de ese ser superior en la que gran parte de la sociedad cree e imaginármelo con un cabreo de tres pares de cojones.
El desastroso terremoto, el tsunami y los efectos de la radiación en Japón. He leído que ya se detecta una subida en los niveles de radiación en California, a unos 12.000 kilómetros de distancia. Si el terremoto y sus efectos han causado ya miles de víctimas y familias rotas, sabrá Dios, nunca mejor dicho, la que nos espera si los expertos en la materia no consiguen “dar con la tecla” de cómo parar el desastre nuclear. Que Dios les ayude. Nos ayude.
Las revueltas en Oriente Próximo es algo que en buena lógica debía pasar. Tarde o temprano. El pueblo no va a estar eternamente sometido. Ni en Oriente, ni en Occidente, ni en el Norte ni en el Sur. Pueden pasar decenas de años, pero no puede ser eterno. Es triste tirar de hemeroteca y recordar a los líderes mundiales sonrientes junto al que hoy en día es el objetivo de una nueva guerra en ciernes… o como se dice hoy en día para suavizarlo, una “intervención militar”. Durante los más de 40 años en el poder de Muamar el Gadafi los “jiji y jaja” posando junto a él han sido algo normal y habitual. Si buscan pueden encontrar fotos en las que no es que se aprecia un ambiente tenso precisamente entre Gadafi y personajes como S.M. El Rey Don Juan Carlos I, el ex presidente Jose María Aznar –recibiendo incluso como regalo del coronel nada menos que un caballo-, Jose Luis Rodríguez Zapatero, Felipe González, Nicolas Sarkozy, Silvio Berlusconi, Dimitri Medveded, Vladimir Putin, Hosni Mubarak, Gordon Brown, Angela Merkel, Barack Obama, Kofi Anann, Nelson Mandela, Jose Manuel Durao Barroso, Tony Blair, Jacques Chirac, Lula da Silva, Evo Morales, etc.
Acertadísimo titular el que abre la web de Libertad Digital con una foto “cariñosa” entre Zapatero y Gadafi: “Cuando era nuestro hijo de puta”. Más directo y certero imposible. Que Gadafi no es un santo no es sólo desde que empezaron las revueltas. Pero como su sometido pueblo no se alzaba en armas contra él, los líderes políticos que hoy deciden en Paris si se convierten en los abanderados de la Paz a través de una nueva Guerra, atraídos por el color negro del petróleo y el verde del dinero, claro está, no se preocupaban del pueblo libio… Está muy claro que en la escala de valores de los máximos dirigentes internacionales los primeros puestos no son ocupados por más que por el dinero. Por algo es el motor del mundo.
Como buen motor del mundo que es el dinero, se ve que el Rey Abdalá de Arabia Saudí, que, como todo rey, anda sobradito de billetes, está comprando la libertad y/o voluntad de su pueblo a golpe de talonario. Ayer anunció un nuevo regalito a su pueblo para tenerlo controlado. Nada menos que 50.000 millones de euros para mejorar sueldos, vivienda y sanidad. Veremos que puede más, el dinero o la libertad.
Como muchas veces hago, me pregunto ahora: “Si Dios existe, ¿qué le pasa? ¿Está enfadado con el mundo o ya hizo bastante con crearlo?”
Andrés.