viernes, 27 de julio de 2012

Teoría maquiavélica y opciones.

Teoría maquiavélica.

Siendo mal pensado – y acertarás, dice el dicho – parece que hemos entrado en un juego malévolo sin mirar las consecuencias, como un toro ante la muleta de José Tomás, directos a cuajar la faena perfecta de la mano que dirige nuestros movimientos.

En pleno boom inmobiliario y económico, permitido por nuestras autoridades, era fácil para nuestros jóvenes caer en la tentación de dejar la formación de lado frente a las inmediatas posibilidades que ofrecía el “dinero fácil” – aunque sudado – que suponía entrar en un mercado laboral repleto de oportunidades cuyas exigencias no eran, en muchos casos, más que las ganas de trabajar y de ganar dinero. Independencia, posibilidades de emancipación, muchos eran los atributos que mostraba el camino.
 
Ahora, cortada de cuajo la prosperidad económica anhelada, y que creían bien encaminada, por una parte importante de nuestros ciudadanos, portadores a su vez, en su inmensa mayoría, de cargas provenientes de préstamos hipotecarios con los que pretendieron cumplir el sueño de una vivienda digna – ¿ la misma a la que tenemos derecho según la Constitución? – cuyo precio inflado era aprobado por tasadoras y bancos, con el beneplácito de nuestros distintos gobiernos, beneficiarios directos del aumento desmedido e incontrolado. Ahora, que todo el que cayó en esta trampa está dispuesto a aceptar lo que sea con tal de poder hacer frente a su destino. Ahora, que la formación universitaria ha doblado el precio a pagar por tener acceso a ella, rompiendo los sueños de los menos pudientes. Ahora, que el empleado público podría ver como un mal menor los recortes en su sueldo siendo conscientes de que ellos, al menos, tienen un trabajo – de momento –. Ahora, que…
 
Ahora nos tienen donde querían. Estamos a su merced. Al antojo y deseo de la clase privilegiada, de nuestros políticos.
Los políticos sí han alcanzado el Estado del Bienestar. El de ellos y sus familias. Eso no se toca. Sí se toca, y se recorta, todo lo demás. Sí tiene que hacer un esfuerzo el pueblo. Somos más, así que apretándoos todos un poco salvaremos la situación – pensarán –. La de ellos, claro está.

¿Desempleado? ¿Empleo en peligro inminente? Estas son las opciones.
 
Es el momento del cambio. Sumidos en una crisis económica de desarrollo incierto - ¿estamos al principio, en plena travesía o al final de la misma? – y con la tasa de paro en el máximo nivel desde hace 36 años, estamos ante un punto de inflexión en la vida de muchos ciudadanos.
 
Hay aspectos sobre los que podemos incidir y otros que se escapan de nuestras manos en esta historia. No podemos  controlar el destino del país. No podemos hacer nada para cambiar los aspectos más injustos de nuestra legislación, esos que crean una separación abismal entre los derechos de la clase política y el resto. No podemos hacerlo, al menos, por las buenas, y miedo me da pensar cómo sería el camino por las malas. Lo que sí podemos hacer es intentar mejorar las opciones con las que nos enfrentamos a mejorar nuestra situación.
 
El primer punto en nuestro proyecto personal es el cambio de actitud. No es fácil. Es cierto que estamos siendo víctimas del mayor robo a mano armada con la ley en la mano y con la sospechosa pasividad del poder judicial   de la democracia, por llamarla de aguna manera, pero debemos ser fuertes para no caer, precisamente, en el victimismo. A ese punto es al que nos están llevando, al que nos quieren llevar. Al punto en el que nos tengan acorralados, sin fuerzas para luchar, dispuestos a seguir el camino que nos manden sin rechistar y sin opción a réplica, como buenos borregos.
 
Por suerte, las personas que rondamos los 30-40 años no hemos sido conscientes de los que significa luchar por nuestros derechos. Generaciones mayores sí están “curadas de espanto”. Saben lo que es vivir distintos regímenes políticos. Saben lo que significa luchar por sus libertades. Nuestros abuelos, esas personas que antes tenían el mejor sitio en la mesa, el mejor sillón de la casa, y que hoy en día parecen destinados, en muchos hogares, a la mejor esquina donde menos molesten, saben lo que es vivir una postguerra y tienen las historias de la Guerra Civil Española de sus propios padres en la memoria. Pero muchos sólo hemos vivido una época dorada en la que todo lo bueno pasaba a mejor. Hasta hoy, claro.
 
¿Cómo dejar atrás ese victimismo? Eso no se enseña. No viene en ningún manual. Está dentro de cada uno. Así de simple. Puedes recurrir al mejor psicólogo del mundo – vía que recomiendo si crees que necesitas que te aclaren el camino – pero todo dependerá de ti. Al igual que nuestros padres y abuelos lucharon en el pasado por un futuro mejor, hoy nos toca a nosotros. 

Da igual lo que hayas sido, lo que hayas conseguido, lo que te hayas esforzado anteriormente. Que fueras el aparejador más eficiente de tu empresa. Que nadie pusiera solería al ritmo y con la calidad que lo hacías tú. Que no hubiera mejor comercial en tu zona. Que supieras más que nadie del mundo de la jardinería. Que vendieras las mejores cocinas de la ciudad. Que fueras el camarero que mejor desempeñabas esa labor. Que dejaras la chapa de los coches como nadie en tu taller. Que tecleases más asientos contables que cualquier otro compañero. Que como nadie a los niños en tu guardería. Que tuvieses la mejor fruta de tu barrio. Que trabajases hasta las once de la noche en el mejor bufete de abogados de la ciudad sin cobrar las horas extras esperando una recompensa que nunca llegó. 

Ahora, si perteneces al grupo de los 5.693.100 desempleados de España, tienes que mirar adelante con más energías que nunca. Sólo adelante. Tienes que pasar de ese victimismo al que nos intentan conducir al realismo. Vivir del recuerdo de tu buena situación anterior sólo conseguirá hundirte si tu presente no está a la altura del pasado. Eso no te va a dar de comer. Eso no va a pagar la hipoteca ni las facturas. Nadie va a ir a la puerta de tu casa, nadie va a llamar a tu móvil, nadie te va a mandar un mail que te devuelva a tu buena situación anterior. Olvídalo. Sé realista.
 
Las opciones de trabajo, por cuenta ajena, son sólo las que muestre tu CV – o unas oposiciones, claro . Estarás más arriba o más abajo del montón según lo que venda tu CV. Si hacías más o sabes más de lo que tu CV enseña al que lo lee, eso queda para ti. Sólo tendrás la opción de desplegar tu batería de conocimientos en los pocos minutos que tengas en una entrevista de trabajo. Pero para llegar a esta será tu CV, lo que él muestre, el que te de la oportunidad de poder explicarte. Eso o una mano amiga que te eche una mano, bien escaso en estos tiempos cuando de trabajo hablamos.
 
Si tienes un colchón de liquidez y una economía que te lo permite pese a estar desempleado, o si ves que tu puesto peligra y quieres cubrirte las espaldas, es el momento de adornar tu CV. Ampliar conocimientos es ampliar nuestras futuras opciones laborales. Pero el fruto del esfuerzo será a largo plazo, y probablemente, con el sobre esfuerzo que supondrá conseguirlo compaginándolo con un futuro empleo que sea en condiciones poco favorables. Tendremos que redoblar nuestros esfuerzos para conseguir "vender la moto", vendernos mejor. Porque, ¿qué tiene hoy en día tu CV de especial para que seas tú el elegido y no otro? Si te quedas sin respuesta objetiva a esta pregunta, no hay más que hablar. Si tu CV "vende una moto" que no hay en el mercado y sigues sin sacarle provecho, pasa al siguiente párrafo.
 
Otro aspecto importante es tu rango geográfico de acción. A mayor rango, mayores opciones. Si estás dispuesto a cambiar de residencia aumentarán tus opciones de encontrar trabajo. Pero, claro, no en cualquier sitio. Si amplias tu rango geográfico a lugares donde tu CV sigue siendo uno más del montón, apaga y vámonos. Así pues, tendremos que valorar lugares donde nuestro CV tenga más valor que en nuestra localidad. Ciudades, regiones o países donde nuestro CV tenga opciones reales y donde la contrapartida sea lo suficientemente buena para cubrir tus desplazamientos, tus gastos de estancia en ese lugar y tus gastos fijos en tu ciudad de origen. Cuantificar económicamente los lazos sentimentales, la familia, los amigos, tu barrio, tu vida actual, lo que dejarías si te marchas, es ya una valoración muy personal. Unos, a esa contrapartida básica inicial le sumarán sólo un euro más. Otros pondrán el baremo más alto. Todo depende de una combinación entre la necesidad de cada uno, las pretensiones y los lazos que le unen a su lugar de origen.
 
La otra opción es el autoempleo. Nada fácil. Para mí, lo importante es tener dos cosas. La primera cosa es tener una idea. Una buena idea. Una idea que cubra una necesidad demandada. Una idea que sea realizable desde el punto de vista empresarial. La segunda cosa importante es la actitud ante esa idea. Deseo, ganas de desarrollarla, pasión por ella, perseverancia, sacrificio, superación, ganas de aprender antes y durante el desarrollo de la idea, ser emprendedor. Si tienes la suerte de tener esas dos cosas, adelante. ¿El dinero? Si tienes esas dos cosas, adelante. El dinero lo encontrarás. El que tú dispongas. El de amigos y familiares a los que les expongas tu plan de negocio y que quieran invertir en él. Después, o antes, tenemos a los bancos. Las entidades de capital riesgo. Las incubadoras de negocio. Los inversores particulares a título personal. El dinero, si la idea y tu plan de negocio son buenos, no es un problema, tardes más o tardes menos en encontrar la puerta idónea que te permita luchar por tu sueño.
 
Tenemos, estas opciones. O quedarnos esperando la llama divina mientras ponemos en práctica ese victimismo del que antes hablaba. Nosotros decidimos.

martes, 26 de julio de 2011

Fin del partido.

Las etapas en la vida se van quemando sin retorno. Es lo que tiene. Llegas al final de un periodo y no tienes opción de cambiar lo que has hecho. Bueno, la vida sí da, a veces, segundas opciones. Dependiendo del grado del error que queramos corregir, claro. Como en el deporte.

En el baloncesto, si fallas un tiro tienes la opción de coger el rebote y lanzar un segundo tiro, un tercero,…, y así hasta que la bola entra o el rebote lo atrapa el rival. Pero cuando suena la bocina de final de un cuarto, lo que has hecho ahí queda. No hay más. Si ha salido mal puedes arreglarlo en el siguiente cuarto. Si ha salido bien tienes que conservarlo en el siguiente, en el que si juegas mal puedes perder todo lo conseguido en los cuartos anteriores. Como en la vida.

Planificar, programar o, incluso, sobreponerte a un mal cuarto en un partido de baloncesto es una tarea concreta, con un principio y un final conocidos. Sabes cuánto tiempo te queda por delante. Ves el reloj del tiempo correr hacia atrás.

Ahí la vida ya es distinta. Sabemos lo que hay atrás, lo que pesa la mochila que llevamos, lo que te duelen las rodillas y los tobillos del camino que has andado hasta ahora. Lo que no sabemos es cuanto tiempo queda para el final, al contrario que en un partido o en una temporada. No importa que te hayas preparado, no importa que te hayas cuidado, no importa cómo de bien te vayan hoy las cosas. Cuando menos te lo esperas suena la bocina.

Ahora que estamos en pleno mercado de fichajes se ve que desde ahí arriba, o dónde sea, han hecho una oferta irrechazable para mi amigo Alfonso. Para él ya terminó este partido. Con la muñequita que tenía no me extraña que se lo quisieran llevar. Lo malo es que la oferta se ve que llegó el último día y en el último segundo del plazo, porque no nos dió tiempo a rechazarla. Ni a él ni a nosotros. Eso es jugar sucio, pero ponte a discutir con el que ha inventado el juego…

Por desgracia, todos sabemos que esto es así. Todos lo hemos vivido de cerca ya más de una vez. Algunos más que otros.

Sólo queda disfrutar del partido, de las sensaciones, de lo bonito, de la vida. Dure lo que dure.


Un abrazo grande, Lucky.

Andrés.

viernes, 20 de mayo de 2011

Así veo las cosas.

Sobre los políticos actuales.
Puedo comprender lo difícil que debe ser acertar en la toma de decisiones importantes que el Gobierno Central, el Autonómico o el Local debe llevar a cabo para mejorar las condiciones en las que nos encontramos, sobre todo en el ámbito económico, en el fomento del empleo.
Puedo comprender lo complicado que debe ser ejercer las funciones de nuestros gobernantes teniendo en cuenta la presión que es que cada movimiento sea mirado con lupa y que encuentren falta de apoyo en la oposición y en los medios de comunicación contrarios aún en cuestiones o asuntos en los que la lógica y el sentido común, tan carentes en estos días, dictan que la medida tomada es la correcta.
Puedo comprender errores, malas decisiones,…
No puedo comprender que un Gobierno, con los medios que posee, que puede disponer si lo desea de las mentes más privilegiadas del país para recibir más y mejor información sobre el asunto a tratar, tome decisiones que parecen improvisadas, que parece que buscan más un lavado de cara pública que mirar por lo mejor para nuestro futuro.
No puedo comprender que nuestros gobernantes, elegidos democráticamente por el pueblo, que deben estar al servicio de los intereses generales, adopten o ratifiquen medidas que les sitúa a ellos mismos en un plano privilegiado con respecto a los que les hemos dado nuestra confianza.
Puedo comprender que dentro del panorama político haya ladrones, corruptos, malversadores, aprovechados, etc. Pero no puedo comprender que el resto de componentes de la familia política, ya sean de su propio signo o no, los defiendan, los protejan, los amparen. Supongo que lo hacen para mandar el mensaje público de “en mi partido esto no pasa, esto es un error, un malentendido o una trampa”. Pero se equivocan. Lo que creo que los ciudadanos esperamos de “los buenos” es que tomen cartas en el asunto y expulsen, eliminen, hagan desaparecer de la vida política a los que rebasan los límites de forma intencionada en su propio beneficio.
No puedo comprender que la oposición, ya sea en España, en Andalucía, en Valencia, en Madrid o en Sevilla, se dedique a proclamar a los cuatro vientos la ineptitud de sus rivales mientras a se autoproclaman como “los salvadores” de nuestros males. Si realmente les importamos y tienen o saben la solución total o parcial a alguna problemática concreta díganla. Explíquenla con pelos y señales. No esperen a estar sentados en el trono para sacar el as de la manga. ¿O es que, como demuestran constantemente, es sólo un farol que tiene como objetivo ganar la partida que se juega cada cuatro años?
Por cierto, los sindicatos parece que se están librando de nuestras críticas, cuando hoy en día son tan culpables como los políticos de muchas situaciones negativas. Al fin y al cabo se han convertido en otro partido político más…
Sobre las acampadas.
Que es necesario un movimiento reivindicativo en este país sobre la situación política y económica es un hecho. Sólo tienen que detenerse a leer post antiguos de este blog para ver que las denuncias ante la falta de sentido común, justicia, igualdad y dignidad son una constante en mi discurso. Es necesario que nuestra clase política sepa que estamos alerta. Que no hacemos oídos sordos ante los casos de corrupción.
Que algo o alguien tiene que empujarnos, que dar el primer paso, es así. Como buenos borregos que somos como sociedad necesitamos, y yo el primero, que cuatro valientes nos allanen el camino. En este caso, es la plataforma “democracia real ya” la que ha ejercido de liebre en esta carrera.
La información que tengo de “democracia real ya” es la que cualquiera de vosotros podéis comprobar en su web http://democraciarealya.es/  En ella tenemos acceso a un manifiesto, a sus propuestas, etc.  Que en general reflejan el descontento general parece un hecho. Que necesitamos un empujón y que “Democracia Real Ya” nos lo ha dado es un hecho.
Se puede estar más o menos de acuerdo con los mensajes que transmiten. Por ejemplo, personalmente sí veo lógico y normal que los políticos que ocupan cargos de dirección, que tienen la responsabilidad de dirigir este país, una comunidad autónoma o una ciudad tengan grandes e importantes salarios. La responsabilidad es mucha. La presión. El sacrificio de estar expuesto cada día. Los sacrificios personales que supongo que deben hacer. Es lógico. Pero cuando finalizan esa etapa sí deben tener las mismas condiciones que cualquiera de nosotros para acceder al desempleo, a la jubilación o a cualquier prestación.
Elecciones y más allá.
Sin un reflejo en las urnas de nuestro descontento todo habrá quedado como una rabieta social. Pero hay un problema. Las alternativas al dominio PP-PSOE son escasas por no decir nulas. Tantos años de ejercicio mediático en busca del bipartidismo tiene sus consecuencias.
Para los que no vean el sentido real de mis palabras una explicación. No denuncio a PP y PSOE exclusivamente y porque sí. Denuncio a cualquier político corrupto y a cualquier partido que lo consienta. El problema lógicamente se centra en estos dos partidos, pues tienen el monopolio repartido de la mayoría de los espacios gobernables de este país.
Pero pase lo que pase en las elecciones de este domingo, en la que sinceramente espero pocas sorpresas, el movimiento que se ha iniciado no debería detenerse. Para ello alguien debe liderarlo. Alguien que sepa representar a los que estamos cansados de ver la pasividad y tolerancia de los partidos políticos hacia los corruptos. Alguien que sepa representar a los que no estamos de acuerdo con los privilegios auto concedidos por nuestros políticos. Sin ese alguien no iremos todos de la mano a defender el bien común de forma inteligente y válida. Usando los mecanismos que nuestra legislación nos permite. Si no caminamos “de la mano de” y si no caminamos por el camino marcado por la legalidad actual creo que el recorrido va a ser corto.
Como buen borrego que soy acompañaré al rebaño… siempre y cuando lo que mueve a la masa sea lo que me mueve a mí.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Un sólo objetivo: Sevilla.

Hace unos meses, y pese a mi descontento con la situación política que sufrimos, pensé que sería buena idea hacer un seguimiento objetivo de la campaña para la alcaldía de mi ciudad, Sevilla. Como no soy de nadie, ni del PP, ni del PSOE, ni del PA, ni de IU, ni de UPyD, que son los principales candidatos, veía una opción interesante que quien perdiese su tiempo entrando en mi blog pudiese leer opiniones, análisis y reflexiones objetivas de las elecciones. A dos días para que finalice la campaña electoral y a cuatro días para que el pueblo se pronuncie me parece buen momento para dejar mi opinión a quién le interese, exponiéndola punto por punto.
Antes un comentario.
Es muy triste ver, leer o escuchar a nuestros políticos ensalzarse en el juego de los reproches, las acusaciones y los mensajes vacíos. El que acusa no es capaz de ir con todo, no es capaz de “hacer sangre” sobre los asuntos turbios del rival, no es capaz de mostrarnos a todos las “presuntas” salvajadas que ha hecho el acusado. Es más, lo pasan por alto. Además, todos tienen en común una cosa: “nosotros somos el cambio”, “nosotros traeremos el empleo”, bla, bla , bla,… ¿Por qué no nos explican cómo van a hacerlo? Pero con datos reales, con casos concretos. Es muy fácil anunciar la manida frase de “política de empleo”. ¿Qué es eso?
1.       No votar es mala elección.
Empiezo por aquí pese a mi disgusto con nuestra clase política por una simple razón: si no voto mi voz no existe. No participar en las elecciones no demuestra a nadie mi descontento. No participar en las elecciones me hace no existir democráticamente.
En la anteriores elecciones municipales de 2007 en Sevilla hubo una abstención del  45,42 % de los posibles votantes. Mucha abstención. Más poder en las manos del partido o partidos más votados. Más facilidad para campar a sus anchas. Por distritos los datos fueron los siguientes:

Las cosas claras: con la abstención en la mano el PSOE, con el apoyo de Izquierda Unida (entre los dos lograron el 48,4% de los votos válidos), ha tenido el poder de decidir los destinos de Sevilla contando con el apoyo de sólo el 26% de la población con derecho a voto. La elección del 26% de los sevillanos tuvo como consecuencia establecer quien iba a tomar decisiones que influían sobre todos y cada uno de nosotros, sobre el 100%.
Es decir, que no votemos NO resta legitimidad al alcalde de turno.
2.       El “voto en blanco” es mala elección…
… si la intención que tenemos al ejercerlo es expresar nuestra indiferencia o disconformidad. Nos estaríamos equivocando.
Importante: ¿qué es votar en blanco? Es aquel en el que no se introduce papeleta dentro del sobre. Es votar con el sobre vacío. Pero votar.
En las municipales de Sevilla en 2007 un 1,99% de las personas que votaron eligieron el “voto en blanco”. Pocas personas, pero tal vez ese misma cantidad en las elecciones del próximo domingo puede provocar que un partido minoritario se quede fuera del sistema de asignación de concejales por no llegar al mínimo del 5% de los votos útiles.
El “voto en blanco”, según nuestro sistema de contabilización electoral, SÍ incide a la hora del reparto de la representación de los partidos políticos… perjudicando a las fuerzas menos votadas.
Me explico.
Si en Sevilla depositamos votos válidos este año 350.000 personas sin votos en blancos, un partido minoritario que consiga 17.600 votos sí tendrá opción de entrar en el sistema de contabilización que reparte los 33 concejales, pues habrá logrado un 5,02% de los votos válidos. Pero si votamos 3.000 personas más realizando un “voto en blanco” el porcentaje de ese partido minoritario se reduciría: 17.600 / 353.000 = 4,98%, lo que le elimina de “la partida”…

El “voto en blanco” tiene en el reparto de concejales la misma utilidad que un paso de cebra sin semáforo en Sevilla. Ninguna.
3.       El famoso Sistema D´Hondt.
Un cerebrito el amigo d´Hondt… y los que les hacemos caso…
En este punto poco podemos hacer los ciudadanos, al menos a corto plazo. Es un sistema instaurado como el método de reparto de representación en nuestra joven democracia. Es lo que hay, a no ser que nos echemos a la calle solicitando un cambio por un sistema más justo.
En Sevilla están en juego 33 concejales. Nunca se va a quedar desierto ninguno de esos asientos y para tener la opción de ocuparlos hay que tener un mínimo del 5% de los votos válidos. “Gracias” a este detallito el Partido Andalucista no tiene actualmente representación en el Ayuntamiento de Sevilla, ya que logró sólo el 4,48% de los votos válidos.
Como muestra aquí os dejo dos tablas: la primera muestra los votos obtenidos en 2007 por cada partido político por distritos y la segunda muestra el reparto de concejales de las municipales de 2007 en Sevilla según el amiguete d'Hondt, en las que el voto en blanco no aparece y los partidos que no alcanzaron ese 5% de los votos válidos les aplico un fondo gris, como el futuro que contemplaban por aquel entonces.




Cierto, esto es más raro que ver un anuncio de un partido de baloncesto en TVE (un guiño a mi deporte).
El “juego” es el siguiente:
- el partido político con más voto consigue el “concejal 1” (fondo verde).
- para disputar “el concejal 2” el partido que ganó la plaza de “concejal 1” participa con un número de votos resultante de dividir sus votos totales entre 2. Los demás “juegan” con sus votos totales.
- y continua siempre igual, cada vez que un partido ocupa un concejal para poder “jugar” por conseguir otro concejal tiene que dividir su número de votos totales entre los concejales que ya ha conseguido.
¿Es o no es raro el amigo d’Hondt? Pa`echarle de comer aparte…
4.       El nuevo alcalde y gobierno.
Por un lado, creo que rara es la ciudad en la que su gobierno pueda dormir relajadamente si es que sus componentes conservan algo de conciencia. Creo que nuestros políticos llegan con buenas intenciones pero se desvían del camino correcto, ya sea porque al darles la mano no cogen el brazo o porque tengan que cumplir órdenes de partido.
Por otro lado, sé que un gobierno en minoría supone estar cuatro años atados de pies y manos. La oposición rara vez ayuda a gobernar a su rival, aunque sus iniciativas sean buenas para el pueblo, pues sólo tienen un objetivo durante cuatro años: destrozar al adversario y hacer de su día a día un ejercicio agotador aunque eso suponga un perjuicio para la población.
Fijándome en Sevilla capital creo que un cambio es saludable. Quiero que el pueblo castigue los excesos, los asuntos “sin resolver” o que dejan dudas sobre la honorabilidad de nuestros políticos. ¿Por qué un castigo? Porque nuestra clase política se comporta como un niño mal criado a la que todo se le consiente. Necesita que seamos firmes. Necesita autoridad. Necesita entender que lo que hace está mal y que no se lo vamos a consentir. Necesita saber que el error se entiende pero no la dejadez, ni el engaño, ni la irresponsabilidad.
El cambio no sólo puede ser de “nombres” y de “políticas”, que queda muy bien de cara a la galería. El que entre, ya sea Espadas, Zoido, Torrijos, González o Ceballos, tiene que hacer un análisis profundo de lo que hereda. Tiene que tener la independencia necesaria para “cortar las cabezas que sobran”, la de los incompetentes y sanguijuelas que llegaron al ayuntamiento “de la mano de” y que no aportan nada. Tiene que tener la honestidad de no “colocar” a sus amiguetes o a los que le apoyaron. Tiene que ser inteligente para saber aprovechar a los buenos trabajadores que están, sin mirar el color del partido que estos apoyaron, pues lo que importa es su profesionalidad y su valía. Tiene que ser capaz de tomar medidas impopulares, tanto a nivel de población como dentro de su partido, si es que estas señalan un camino correcto para la ciudadanía. Tiene que gestionar como si fuera una empresa privada a las distintas empresas públicas: exigiendo a sus trabajadores pero cumpliendo a su vez con ellos (este es un tema para reflexionar en profundidad… Si una empresa privada es capaz de hacer negocio con los servicios municipales es que estos son buenos negocios. Cuestión de gestionarlos de forma eficiente y profesional, aunque sean públicos…).
Son muchas las acciones que “el nuevo” va a tener que llevar a cabo pero el objetivo debe ser sólo uno: Sevilla.

sábado, 19 de marzo de 2011

¿Divino cabreo?


Si hay alguien que todo lo puede, si Dios existe, yo diría que anda muy cabreado con todos nosotros.
La sucesión de duros acontecimientos en todo el planeta parece el resultado fruto del abandono a nuestra suerte por su parte. No soy yo el más creyente del mundo, es más, puede que esté en el furgón de cola en ese aspecto, al menos dependiendo del día, pero es inevitable para mi pensar en la figura de ese ser superior en la que gran parte de la sociedad cree e imaginármelo con un cabreo de tres pares de cojones.
El desastroso terremoto, el tsunami y los efectos de la radiación en Japón. He leído que ya se detecta una subida en los niveles de radiación en California, a unos 12.000 kilómetros de distancia. Si el terremoto y sus efectos han causado ya miles de víctimas y familias rotas, sabrá Dios, nunca mejor dicho, la que nos espera si los expertos en la materia no consiguen “dar con la tecla” de cómo parar el desastre nuclear. Que Dios les ayude. Nos ayude.
Las revueltas en Oriente Próximo es algo que en buena lógica debía pasar. Tarde o temprano. El pueblo no va a estar eternamente sometido. Ni en Oriente, ni en Occidente, ni en el Norte ni en el Sur. Pueden pasar decenas de años, pero no puede ser eterno. Es triste tirar de hemeroteca y recordar a los líderes mundiales sonrientes junto al que hoy en día es el objetivo de una nueva guerra en ciernes… o como se dice hoy en día para suavizarlo, una “intervención militar”. Durante los más de 40 años en el poder de Muamar el Gadafi los “jiji y jaja” posando junto a él han sido algo normal y habitual. Si buscan pueden encontrar fotos en las que no es que se aprecia un ambiente tenso precisamente entre Gadafi y personajes como S.M. El Rey Don Juan Carlos I, el ex presidente Jose María Aznar –recibiendo incluso como regalo del coronel nada menos que un caballo-, Jose Luis Rodríguez Zapatero, Felipe González, Nicolas Sarkozy, Silvio Berlusconi, Dimitri Medveded, Vladimir Putin, Hosni Mubarak, Gordon Brown, Angela Merkel, Barack Obama, Kofi Anann, Nelson Mandela, Jose Manuel Durao Barroso, Tony Blair, Jacques Chirac, Lula da Silva, Evo Morales, etc.
Acertadísimo titular el que abre la web de Libertad Digital con una foto “cariñosa” entre Zapatero y Gadafi: “Cuando era nuestro hijo de puta”. Más directo y certero imposible. Que Gadafi no es un santo no es sólo desde que empezaron las revueltas. Pero como su sometido pueblo no se alzaba en armas contra él, los líderes políticos que hoy deciden en Paris si se convierten en los abanderados de la Paz a través de una nueva Guerra, atraídos por el color negro del petróleo y el verde del dinero, claro está, no se preocupaban del pueblo libio… Está muy claro que en la escala de valores de los máximos dirigentes internacionales los primeros puestos no son ocupados por más que por el dinero. Por algo es el motor del mundo.
Como buen motor del mundo que es el dinero, se ve que el Rey Abdalá de Arabia Saudí, que, como todo rey, anda sobradito de billetes, está comprando la libertad y/o voluntad de su pueblo a golpe de talonario. Ayer anunció un nuevo regalito a su pueblo para tenerlo controlado. Nada menos que 50.000 millones de euros para mejorar sueldos, vivienda y sanidad. Veremos que puede más, el dinero o la libertad.
Como muchas veces hago, me pregunto ahora: “Si Dios existe, ¿qué le pasa? ¿Está enfadado con el mundo o ya hizo bastante con crearlo?”

Andrés.