miércoles, 9 de febrero de 2011

Ejemplo real de desesperación.

Ayer hablaba con un amigo. Se ha dedicado toda su vida al mundo de la construcción. Tiene unos 34 años, mujer (en paro) y un hijo. A los 24 años o así ya era encargado de obra. ¿Muy joven para tal puesto? No. El que vale para eso y empieza muy joven en ese mundo o lo es antes de los 30 o difícil es que lo sea más adelante.
Hace 5 o 6 años decidió comprarse una máquina, una retroexcavadora. Apostó por emprender como empresario autónomo. Conocía gente, era experto en ese trabajo, todos los que le conocían sabían de su valía.
Como a la mayoría de los componentes del sector de la construcción, él no ha sido una excepción pese a su entusiasmo, a sus conocimientos en la ejecución de los trabajos y en la dirección de un grupo de personas para cumplir con el día a día.
Ahora está sin trabajo… con una máquina que pagar y una familia que mantener.
Empleo como encargado o incluso peón no encuentra. No hay mucho. Le ofrecen trabajos no muy seguros con su máquina. ¿El problema?
El caso típico: empresa grande con obra concedida pone condiciones abusivas sobre la mesa. Trabaja, gasta gasoil, desplazamiento, comida fuera de casa, seguros,… y cobra a los 90 o 120 días… una vez que den el SÍ a su factura, para lo que pueden tardar otros 30 o 60 días. Total, trabaja hoy y cobra dentro de 5 o 6 meses, con el riesgo de que al vencimiento no le paguen su trabajo, que los pagarés no sean atendidos o el “confirming” no sea enviado a su banco.
Muy mala la empresa “grande” que le contrata, ¿no?
Pues sí, si no fuera por un simple detalle. A ella debe pagarle una administración, que como norma general:
A)     No le paga
B)      Le paga cuando quiere
Volviendo a mi amigo me decía: “Estoy desesperado. No sé qué hacer ya. ¿Arriesgarme a trabajar sin saber si me van a pagar? ¿Pero cómo trabajo sin cobrar la primera factura en 4 o 5 meses? No tengo dinero para pagar el gasoil, la letra de la máquina, el seguro, el impuesto de autónomo y comida para mi casa sin cobrar todos los meses… ¿Qué hago macho? Quiero trabajar de lo que sea, en lo que sea y no encuentro nada.”
Este no es más que un ejemplo real de la situación tan calamitosa en la que se encuentran muchas familias, mucha gente válida y que harían bien casi todo lo que se propusieran por su actitud ante la vida, sus ganas de aprender... y de trabajar.
“Ánimo, no decaigas. Tienes que seguir luchando.”
¿Qué más se puede decir?

Andrés.

2 comentarios:

  1. cada vez q escucho a alguien q está asi por culpa de los especuladores y los bancos (q pa mi son lo mismo), se me pone la ira por las nubes y me entran ganas de meter balas en las cabezas de los politicuchos de mierda q desgobiernan este pais y a los vendidos q les bailan el agua...

    Animo colega.

    Y un consejo, si la makina la tienes a medio pagar, q s la coma el banco con papas... si no pusiste como aval tu casa, claro... que gran parte de la culpa es de ellos.

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  2. La cruda realidad...

    Le transmitiré tus ánimos a mi amigo, no sabe que tengo esta ventana al mundo y mucho menos que iba a escribir este post.

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