viernes, 14 de enero de 2011

Crisis vírica.


Hoy estoy “regulín”. Un par de días ya con el cuerpo cortado. Auto-medicándome, como buen paciente… El virus y yo mantenemos una lucha feroz. El muy puñetero se está empeñando en instalarse en “my body serrano”, lo que no sabe es que yo soy más malo que él. Verás tú como consiga entrar la sorpresita que le voy a dar. Jodido resfriado común… según mi auto-diagnóstico, claro.
¡Y mira que lo veía venir! Todos a mi alrededor estaban siendo “conquistados” por el maldito invasor, por lo que me preparé estos días atrás a base de zumo de naranja cada mañana, bien abrigadito en la calle, “ventilar” mi casa para que se lo llevase la corriente, etc. Todos los auto-consejos de defensa que conozco. “¡No hay mejor defensa que un buen ataque!”, me auto-convencía… pero a mi ataque creo que le falta un Xavi-Messi-Iniesta.
Un consejo para cuando queráis luchar contra el virus: no olvidéis mirar la fecha de caducidad de los medicamentos… Nada, un detallito.
Pero no os preocupéis. Voy a tomar medidas de carácter urgente enfocadas en alcanzar el objetivo del pleno restablecimiento de mis defensas, crearé un consejo de investigación para detectar las causas de la catástrofe, un consejo independiente de expertos analizará las medidas a tomar para que los daños se minimicen y externalizaré, a través de un concurso público, claro está, el proyecto de prevención de futuros ataques.
De hecho, voy a privatizar el servicio de vigilancia ante agentes externos… así cuando me retire de mi cuerpo me podrán contratar por unos 200,000 € al año mismamente…
Veo que lo peor de la crisis vírica ya ha pasado. Sólo queda ir a mejor. ¿Cómo? ¿Datos objetivos para mi afirmación? Ehhhh, no. Pero me tendré que animar, digo yo. (¡Mierda! ¡No aprendo a desviar las preguntas! Tengo que volver a escuchar la repuesta que dio ayer Camps a una pregunta acerca de sus trajes…)


Andrés.

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