Bienvenidos a la Junta Extraordinaria del ejercicio 2010 de nuestra empresa.
No estamos aquí para perder el tiempo. Todos queremos ir a casa a festejar estos días con nuestros familiares y amigos, así que iré al grano.
“2010, año para olvidar.” Así de simple se resume este año para nuestro negocio. El baremo no puede ser positivo pese a lograr grandes éxitos en la mayor parte de las áreas de negocio que sustentan la empresa.
Mi enhorabuena al Departamento de Relaciones Sentimentales, al Dpto. de Relaciones Familiares, al Dpto. de Relaciones de Amistad, al Dpto. de Recuperación y Afianzamiento de Aspectos Vitales, al Dpto. de Nuevas Aficiones, al Dpto. de Auditoría Interna, al Dpto. de Mercado de Valores, al Dpto. de Mantenimiento Externo e Interno y al Dpto. de I+D.
Habéis logrado realizar una campaña ejemplar. Habéis superado adversidades. Habéis abierto las puertas de la empresa al exterior para dar a conocer a nuestro entorno más cercano todos nuestros entresijos. Habéis logrado darnos a conocer aún más a quienes queríamos que supiesen más de nosotros e incluso habéis invitado a agentes externos y desconocidos a conocer las interioridades de la empresa… aún sin desvelar datos identificativos y no absolutamente necesarios de nosotros. Habéis conseguido mantener independencia en fuerzas y esfuerzos de las áreas que han estropeado el ejercicio, consiguiendo mantener la ilusión del conjunto, de toda la organización, para superarnos día a día a pesar de los malos momentos. Habéis sabido corregir las desviaciones, marcando el nuevo camino idóneo más favorable a nuestros intereses, vigilando la no reiteración de las mismas y consiguiendo avanzar. Además habéis sabido trabajar en equipo con otros grupos, ayudas externas con las que habéis sabido congeniar. Mi más sincera enhorabuena para todos vosotros.
Estoy convencido de que si conseguimos mantener el nivel alcanzado en vuestros departamentos lograremos grandes éxitos en el nuevo ejercicio que está a punto de comenzar. Hemos aprendido a valorar los objetivos en su justa medida, lo que nos hará más capaces de alcanzarlos.
Ya sabéis que la labor desarrollada está valorada de forma extraordinaria por el Consejo de Administración de la compañía. Pero… somos un equipo, y como tal, el fracaso de uno de los componentes, la no consecución de sus objetivos, hacen que la valoración del ejercicio sea la que es y que empañe el trabajo de todos.
Como máximo responsable, no voy a hacer leña del árbol caído. Los responsables del área en cuestión ya conocen perfectamente todo lo que tienen que saber. Que sirva para todos las siguientes palabras: No valen excusas. No valen lamentaciones. No sirven si quiera aspectos objetivos y demostrables que justifiquen la no consecución de los objetivos marcados y aceptados desde el primer día. No importa si dichas causas objetivas son externas o internas. Debemos estar preparados para todo, y en este ejercicio no lo hemos estado. Aún queda un duro y largo camino para recomponer y aminorar los efectos del fracaso vivido, así que no podemos bajar la guardia aún cuando emprendamos los nuevos retos del futuro ejercicio.
En la vida, de errores se aprende. Todos hemos aprendido mucho en este ejercicio que llega a su fin. Hemos sido capaces de reconocer los fallos y trabajar por solventarlos. Hagamos repaso y lectura constructiva del mismo. No podemos volver a caer en las mismas trampas que ya conocemos, ya sean infortunios del destino o zancadillas mal intencionadas de agentes externos que hemos sido incapaces de detectar y superar a tiempo.
Somos una empresa joven, pero tenemos mucha experiencia. Marcaremos en las próximas semanas los nuevos objetivos tras hacer un análisis completo del exterior y de nosotros mismos. Vamos a estudiar con detenimiento qué queremos y cómo queremos hacerlo.
Hacer balance es un ejercicio de observación, análisis, detección de las causas de las desviaciones, estudio de las correcciones necesarias para solventar las mismas, marcar los nuevos objetivos, el camino a seguir para alcanzarlos y establecer puntos intermedios de análisis y comprobación de futuras y previsibles desviaciones.
Este podría ser el discurso breve pero directo del Director General o el Presidente de cualquier empresa u organización. El tamaño de la misma no importa.
Tú mismo puedes hacer balance de ti, de “tu empresa”. Detectar y aceptar errores, elogiar éxitos, marcar nuevos objetivos vitales.
Os animo a realizar este saludable ejercicio. Como ejemplo ya tenéis –grosso modo– mi análisis particular.
Andrés.
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