viernes, 31 de diciembre de 2010

Deporte: pasión y negocio.


El deporte siempre ha sido mi pasión, mi vía de escape. El deporte me ha hecho y me hace pasar a otro yo. Empiezo a practicarlo y soy otro.
Así ha sido siempre. Desde pequeño, jugando en la plaza del pueblo con el espacio que quedaba entre los bancos sirviendo a modo de porterías.
El ciclismo, que volvía loco a mi padre por mis escapadas con once años por las carreteras que nos unían a otros pueblos y que hacíamos en ruta en “secreto” unos amigos –ellos mucho mayores que yo– y por los madrugones que suponía que me llevara a correr algunos domingos. No se me daba nada mal, ¡eh!
El baloncesto. Palabras mayores. Me acompaña desde edad “minibasket”. Primero el 15 a la espalda, como EPI. Después una muñequera roja, como un tal Jordan. Jugaba día y noche. En la cancha, en la calle, en el salón de casa,… ¡Veía mil videos! Esperaba como agua de mayo que saliera un nuevo número de Gigantes.
Ayer, buscando y rebuscando, encontré entre viejos papeles de aquellos inicios baloncestísticos estadísticas que hacía de partidos ACB, de jugadores, de equipos,… ¡Increíble! ¡Si es que nací así de raro!
Sueños de ser deportista. Me daba igual qué deporte. Ciclismo, baloncesto, atletismo,… La cosa era soltar adrenalina por donde fuera. Entrenamientos de equipo, horas de auto-entrenamientos acompañados de otros soñadores, horas de imitación de movimientos en los que mi compañía eran un balón y una canasta,… ¡Qué forma de vivir el deporte! ¡Qué forma de vivir el baloncesto!
Ahora disfruto de mi pasión, del deporte, de otras maneras. Cuando la agenda lo permite mato el gusanillo del basket con amigos. Mato el gusanillo del ciclismo con pequeñas escapadas muy esporádicas en mi bici de montaña. Correr ya no, ¡que es de cobardes!... y mis rodillas y tobillos se quejan. El padel, tan de moda, no acaba de convencerme. El golf, no tengo tiempo para perfeccionarlo o practicarlo de vez en cuando… por lo que me aburre ¡hacer nueve hoyos en setenta golpes! Devoro información. Me desquito escribiendo desde hace bien poco… y sigo haciendo mis estadísticas, como cuando era un niño, pero ahora en Excel en vez de en papel…
Muchos ídolos ahora y antes. Todo el que llega a ser profesional de un deporte me merece mil respetos. Los que triunfan. Las estrellas. Los que ayudan al equipo. Los gregarios. Las liebres. El último del banquillo. Son personas que no dejaron de luchar por cumplir sus sueños, y de una forma u otra lo han conseguido.
Deporte es vida. Deporte es afición. Deporte es competición. Deporte es superación. Deporte es sacrificio.
Hemos cerrado un 2010 repleto de alegrías para el deporte español. No voy a enumerar los éxitos, todos los conocemos.
Lástima para los soñadores del deporte, como yo, tener que leer o escuchar noticias como la “Operación Galgo”, el dopaje, los amaños, las trampas, la compra de partidos,… Es lo que tiene la mezcla deporte y negocio. Deporte y dinero.
En el deporte, como en la vida y en los negocios, muchos son los que hacen o harían cualquier cosa por ganar. No está de moda “ir de legal por la vida”, si no sobrarían las leyes. Y eso se aplica al deporte…
De niños ganaba el mejor. El más rápido. El más fuerte. El más técnico. El más talentoso.
Pero cada día más en el deporte profesional –sobre todo en algunos deportes más que en otros– uno tiene que preguntarse aunque no quiera: “El que ha ganado, ¿es el mejor o es que no le han pillado?”
Es duro, pero es así.

Andrés.


PD: post publicado simultáneamente en este blog y en mi otro blog "espanolesnba". http://espanolesnba-twitter.blogspot.com/

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