jueves, 9 de diciembre de 2010

Mi otro mundo.


Hace un tiempo que me planteo si es posible otro mundo. Me planteo si es posible contribuir de alguna manera a mejorar las cosas. Esta claro que en mi día a día, tan normal como el de cualquiera, no puedo hacer nada importante. Es necesario que cambie mi rutina si quiero influir de alguna manera en mejorar este mundo. Mi mundo. Nuestro mundo.
Por supuesto, yo tengo mi visión de las cosas, mi perspectiva de lo que es necesario para vivir en un mejor mundo, en un mundo más justo.  Sólo en España somos unos 47 millones de personas censadas... algo podríamos hacer.
No sueño un cambio radical y utópico de la noche a la mañana. Ya sé que es imposible. Pero sí fantaseo con poder dar una alternativa a los poderes establecidos, podridos en su mayor parte de ambición, avaricia y búsqueda de obtención de poder para mejorar sus pretensiones particulares como objetivo principal, olvidando el objetivo primordial de cualquier mandatario, lo mejor para el pueblo.
Por supuesto, dentro de la política como en cualquier ámbito hay o habrá “gente buena”. Incluso puede que los que estén más arriba en el escalafón sean más “buenos” que los políticos de pacotilla que buceando entre las cloacas nos engañan a todos. Los hay que son “chupaculos de” cuyo único objetivo es el de “colocarse”, y los hay también NO POLÍTICOS pero que al amparo de estos se convierten en parásitos del sistema. De estos muchos empezaron como “pega carteles” que hoy en día tienen una buena nómina en alguna administración. Otros son “puestos de confianza” del político de turno, que multiplica el número de empleados para determinados puestos (el antiguo que entró con el partido anterior no lo echo porque me la lía, pero meto a uno de los míos ocupando su función).
En mi sueño no tendrían cabida políticos inmorales, no tendrían sitio políticos millonarios como María Dolores de Cospedal, ni políticos que dirijan el futuro de nuestro país cuya máxima preparación ha sido el Bachillerato, un año en la facultad de Derecho y una posterior “carrera política” como el caso de José Blanco. Ni políticos con sueldos vitalicios (¿eres tú más importante que el resto de la sociedad para merecerte ese privilegio?).
En mi sueño, Gobierno y oposición trabajarían por y para el bien común. En mi sueño no estarían todo el día con “dimes y diretes”, no habría tiempo que perder en temas que no sean de vital importancia para el día a día de los ciudadanos. En mi sueño los ciudadanos seríamos los primeros en poner nuestro grano de arena cada día por un futuro mejor. En mi sueño nadie sería cómplice de estafas a discreción como las que se producen en muchas localidades con temas como el llamado “seguro agrícola”, ni obreros “pastores” (dícese del obrero que pasa la mayor parte de sus horas de trabajo apoyado sobre el mango de su rastrillo, como el pastor que se apoya en su bastón mientras el rebaño se ceba), ni permitiríamos funcionarios improductivos,…
Las personas tendríamos iniciativa por hacer y no porque nos lo dieran todo hecho.
El Gobierno estaría formado por un equipo de personas destacadas en cada ámbito. ¿Qué es eso de que el Ministro de Interior mañana sea Ministro de Educación?
En Economía debería dirigirnos un grupo formado por los más importantes ideólogos y expertos en la materia, con el asesoramiento de empresarios de distintos ámbitos, con presencia de personas válidas con experiencias importantes en gestionar pymes (¿el representante de las Pymes ha tenido una alguna vez una pyme? Si la ha tenido… ¿hace demasiado que se dedica a la “política” que se le ha olvidado lo duro que es luchar cada día?), con la voz para los trabajadores (no he dicho sindicalistas toca pelotas que viven de sindicar, “de liarla”, hablo de trabajadores de verdad). Habría un cambio en el Mercado de Valores. Se cotizaría el alza la honestidad, el trabajo, el sacrificio, el ser “buena gente”, el compañerismo, la empatía, la amistad, la familia, el amor,… y no esos fondos de inversión que sólo llevan a ganar dinero a cuatro gatos pero que el día que revienta nos afecta al resto de los mortales.
La administración haría proyectos para los que efectivamente tuviera dinero para poder atender a su debido tiempo. Proyectos necesarios, no faraónicos.
Los bancos no serían los dueños de nuestras vidas. No les permitiríamos cláusulas ni letra pequeña. Ni comisiones abusivas. Ni hacer negocio con nuestras hipotecas revendiéndosela a terceros.
No habría ni hipotecas porque, como dice la Constitución, no habríamos permitido la especulación del suelo que sí han permitido nuestros “politicuchos”, y una vivienda no costaría 40 años pagarla.
Las empresas valorarían a sus empleados por su rendimiento, no por quedarse más horas en la oficina sin hacer nada e impidiendo una correcta conciliación familiar. Con esto, nuestros hijos no serían los “sin vergüenzas” que hoy en día son en una alta mayoría (pregúntenles a cualquier profesor… y ellos, que son los formadores de nuestra futura sociedad, no ganan 300.000 € anuales, como los amigos controladores), los padres nos ocuparíamos como es debido de ellos, de su educación, de su formación, de darle amor y disciplina… Porque tampoco tendríamos una hipoteca a pagar en 40 años…
En Sanidad debería dirigirnos las más altas eminencias médicas, asesoradas de los colectivos que viven el día a día de ese sector.
En Deporte no mandaría un Secretario que lo máximo que ha hecho ha sido correr por el parque. Nos representarían personas con experiencia en deportes, medallistas olímpicos, gestores de clubes que hayan mostrado su valía, formadores de nuestros futuros deportistas,… ¿Cuánto dinero público se ha gastado en intentar conseguir la celebración en nuestro país de unos JJ.OO? ¿Cuánto dinero costó el mal llamado “Estadio Olímpico” de Sevilla (que ha quedado básicamente como sala de conciertos)?
En Cultura lo mismo. ¿Qué pinta un Ministro o Ministra de Cultura que no tenga méritos artísticos o culturales en su currículo?
Y así en todo. Gente válida, sin intereses particulares, sin ansias de poder, con un pueblo comprometido,…

Lo dicho, otro mundo.

PD: ahondaré mucho más en mi otro mundo.

2 comentarios:

  1. cien por cien de acuerdo en tener gobiernos profesionales. Cada jefe de cartera debería ser el mayor de los expertos, eso sí, debería cobrar lo más grande, y te aseguro que yo no sería el que se quejara porque cobrara mucho; si no lo hace bien, despedido.

    De todas maneras, en Sevilla tenemos un mal ejemplo con el que predicar esta filosofía; el señor Andoni Zubizarreta estuvo un buen tiempo dirigiendo las cuestiones deportivas de nuestro querido consistorio, concretaente, consejero delegado para el Estadio Olímpico WTF ??

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  2. A mi también me parece que dberían cobrar muchisimo porque es mucha la responsabilidad, pero cuentas claras, transparentes, y cuando terminen su trabajo a cobrar el desempleo o la jubilación como todo hijo de vecino.

    Qué coño pintaría este hombre ahí...

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